Cuando eres pequeño, crees profundamente que todo es POSIBLE.
Pero conforme la vida pasa, las personas te enseñan a ser “realista”, no a soñar tan alto si no a simplemente conformarte con lo que te tocó vivir.
Asi que decides dejar tus sueños a un lado y haces todo lo posible por hacerte creer que eso que tanto sueñas solo pasa en las peliculas o que esta fuera de tu alcance.
De forma consciente e inconsciente vas haciendo a un lado todas las cosas que te apasionan y te concentras en vivir tu día a día, abandonando a tu niño interior.
Todos los sueños y anhelos que han pasado por tu corazón y tu mente no han pasado simplemente por que tengas mucha imaginación, si el sueño existe en ti, es porque las posibilidades están ahí para que se cumplan.
Cuando te desconectas de tus verdaderos sueños, te desconectas de tu alma, perdiendo el poder de quien REALMENTE ERES.


¿Y quién eres realmente?
Desde el momento en que naciste, eras una alma llena de sueños. Nadie esperaba nada de ti, estabas en total contacto con tu alma, sin tener que reprimir nada de lo que sentías.
Eres capaz de vivir absolutamente TODO lo que siempre has querido y soñado. Tus creencias limitantes son las que no te permiten alcanzarlo.
Conforme creces, adoptas un mecanismo de defensa, aprendiendo a convertirte en ese “alguien” a quien la sociedad acepta y en ese intento por complacer a los demás, dejas de vivir para ti.

Es tiempo de conectar con tu verdadero ser y descubrir el verdadero SER que siempre ha estado viviendo ahí.

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